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Hoy en día el tiempo se ha convertido en el mayor bien que podemos tener, por lo escaso que es. 
Esto nos hace pensar en alternativas que nos lleven a conseguir más tiempo, pero un tiempo de calidad. 

Los bancos de tiempo nacen como un recurso para ayudar a resolver los problemas de tiempo de la vida diaria, siendo el tiempo ofrecido y el recibido el mismo para cada persona, sea cual sea su condición.


En España contamos con un gran número de Bancos de Tiempo a lo largo de todo nuestro territorio:




  


 Algunos ejemplos de referencia son:
   








Fuera de España, las experiencias de intercambios de tiempo y de servicios hace algunos años que se desarrollan en diferentes lugares del mundo. Unos de los primeros lugares donde se hicieron intercambios fue en Canadá, Nueva Zelanda, Australia.

Como ejemplo de su presencia en diferentes países europeos tenemos:


Es el pionero en Europa en este formato paralelo de economía alternativa. Los intercambios de tiempo llegan a Italia en 1992 por medio del sindicato de pensionistas de Parma que fue de los primeros en poner en práctica el proyecto de intercambiar tiempo para resolver problemas de la vida cotidiana. En la actualidad ya son 300 bancos de tiempo.

Llega en 1998 procedente de EEUU, y se realiza una campaña para respaldar la creación de nuevos bancos de tiempo apoyada por la BBC. En la actualidad existen redes regionales en las que colaboran más de 300 Bancos del Tiempo o Time Banks como por ejemplo  http://www.londontimebank.org.uk/. 
Comenzó a partir del programa de Acción Comunitario para la Igualdad de oportunidades entre Mujeres y Hombres de la Unión Europea: el Movimiento Internacional Católico de Mujeres. Actualmente tienen una auténtica red de sucursales por todo el país, con una oficina central en Lisboa, encargada de promover, asesorar e intercambiar experiencias entre todas las sucursales. Están involucradas más de 30 organizaciones.

Francia
En el país galo, los bancos de tiempo nacen promovidos por las Redes de Intercambio de Conocimientos. A través de ellas se ponen en contacto personas que quieren aprender o adquirir formación con personas que quieran comunicar conocimientos, informaciones o destrezas. La principal diferencia con los bancos del tiempo tradicionales es que no se produce pago o cobro por hora de intercambio, no existe una contabilidad o cuenta para cada socio. Se fomenta el intercambio: el que aprende, enseña también, y viceversa. La moneda de intercambio es en este caso el saber, el conocimiento y el compromiso.
Como podemos ver hay muchas variantes en cuanto a funcionamiento dentro de los bancos de tiempo, siendo la característica común el intercambio puntual de servicios por tiempo.